Vuelo

Dicen que lo más difícil en el vuelo de un avión, no es el despegue, sino el aterrizaje. Volando de Houston a México noté que las ventanillas de la cabina del avión venían todas abajo o cerradas. Y aun cuando vinieran levantadas o abiertas, uno en realidad depende totalmente para su seguridad, de la destreza o habilidad del piloto. Volar en avión implica de un piloto. Navegar en una barca requiere de un capitán. La conducción de  rebaño demanda de  un pastor. En la vida uno necesita  una dirección eficaz. Pedro es el experto en pesca. Jesús es un carpintero. Sin embargo Jesús tiene la dirección eficaz que Pedro necesita. Toda la noche Pedro ha intentado pescar sin éxito. Los pescadores lavan sus redes.  Jesús dirigiendo a Pedro lo conduce a una pesca milagrosa cuando le dice:   “.Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco… y… dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.” (Luc. 5.1–4). Jesús no planea fracasos. Si El dice  a Pedro que bogue mar adentro,  es para pescar. El milagro se va a producir. Tanta es la pesca, que la red se rompía: cuando   Pedro echa la red, los peces se pelean por entrar en la red.   Jesús es un guía confiable, pero sobre todo eficaz,  porque no siendo médico, sana a las multitudes. No siendo pescador, realiza una pesca milagrosa. No siendo nadador, anda sobre las aguas. No siendo descubridor, descubre una vida nueva para cada una de las almas que ganó. El guía que tú necesitas se llama Jesús. Emerson no incluyó a Jesús en su libro: “Hombres Representativos”. Cuando le preguntaron: “¿Por qué?” Contestó: “Porque Jesús es más que un hombre.”