Se encuentran dos amigos y uno le dice al otro: – Me separe de mi esposa. – No me digas, ¿Y cómo le hicieron? – Con un abogado, él nos ayudó a realizar la repartición de los bienes. – ¿Y tus hijos? – Muy fácil, decidimos que él que se quedara con más dinero, se quedaba con los niños. – ¿Y quién se quedó con ellos? – El abogado… Es importante quien se queda con los niños, porque los niños tendrán el futuro en sus manos. Tendrá en su mano lo que tú tienes ahora. Se sentará en donde tú te sientas. Un niño es nuestro heredero, pero también es nuestro perfeccionador. Alguien dijo que un niño es un pie parado en la fantasía y otro en la realidad. La realidad es que los niños pueden creer en Jesús: “Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar.” (Mateo 18.6).
Un niño es un regalo de Dios: “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre”. (Sal. 127:3). Porfirio Barba Jacob dice que la tarea de un niño es: “Crecer, amar y renovar al mundo”. la cuna de un niño siempre debemos ver esperanza. La esperanza de un futuro mejor…