- Un hombre caminaba pesadamente hacia su casa, cargando un enorme saco de papas.
- Pasó a su lado un vagón tirado por un caballo, y el conductor le ofreció llevarlo.
- El hombre subió al asiento junto al conductor, pero siguió cargando el saco de papas.
- Cuando el conductor le sugirió que lo colocase en el piso del vagón, él contestó: «No quisiera molestarlo mucho, señor. Usted ya me está llevando a mí. Yo llevaré las papas!»
- Dios no desea que nosotros seamos en la vida cargadores. Muchas veces en la vida seguimos cargando nuestro bulto de problemas, angustias, amenazas, escaeces, enfermedades, cuando el Señor nos dice: “Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará…” (Salmo 55.22).
- No debemos llevar las cargas de la vida, preocupándonos, en lugar de dárselas a Dios.
- Cuando llevamos las cargas, tarde o temprano nos vamos a sentir agotados, nuestros corazones van a desfallecer, y nos vamos a desanimar.
- Dios no ha prometido preservarnos de las cargas, pero si llevarlas por nosotros.
- No busques a alguien que resuelva todos tus problemas: Busca a alguien que no te deje llevarlos solo. «Si Dios lo dice: yo lo creo. Si lo creo: Dios lo hace porque no naciste para ser un cargador, en la vida.
.