Caracol

Iba un caracol cruzando la calle cuando de repente, lo atropelló una tortuga. Cuando despertó estaba en la sala de terapia intensiva. El médico se acerca y le pregunta: “¿Cómo ocurrió todo?” El caracol le responde: “No sé. ¡Fue todo tan rápido!”

Iba un caracol cruzando la calle cuando de repente, lo atropelló una tortuga. Cuando despertó estaba en la sala de terapia intensiva. El médico se acerca y le pregunta: “¿Cómo ocurrió todo?” El caracol le responde: “No sé. ¡Fue todo tan rápido!”

El reloj de Jesús no es lento. Una definición de imposible: “Algo que nadie puede hacer hasta que alguien lo hace.” Jesús lo hace enseguida. Se nos dice que: “…en seguida la fuente de su sangre se secó…” (v. 29). En Marcos 5:25-34 habla de una mujer que ha sufrido 12 años de un flujo de sangre. Una mujer excluida como una persona impura, en la religión de su tiempo. La mujer no pronuncia la palabra problema, sino piensa en posibilidades.   Por lo que ella dice: “…Si tocare tan solamente su manto seré salva.” (v. 28).  Extiende su brazo flaco, anémico y su dedo toca el borde del manto de Jesús, siendo sanada de inmediato. Por eso, decir Jesús es decir milagro.

John Maxwell, observa que cada milagro en la Biblia empieza con un problema. Cuando Jesús hace un milagro lo hace en respuesta a un problema en la necesidad humana.  Tener un problema grande es la oportunidad para tener el milagro grande. Tu problema, es la oportunidad para confiar hoy en Jesús. El reloj de Jesús no es lento. ¡Pon tu confianza en Jesús, porque decir Jesús, es decir milagro!

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